Un paraíso en medio del mediterráneo
Un año después de mi primer viaje con EF a Nueva York, en 2016, estaba buscando un lugar en Europa para seguir perfeccionando mi nivel de inglés. Y así fue como terminé en Malta, un paraíso en medio del mediterráneo.
Malta es un archipiélago del Mediterráneo formado por tres islas que se ubica entre Sicilia y la costa de África del Norte. Tiene 300 días de sol, así que cualquier época del año es ideal para visitarla.
Mi experiencia en Malta
Esta experiencia me llevó a convivir con personas de distintas partes del mundo, como Japón, Noruega y Bélgica, que me permitió conocer sus culturas, abrir la cabeza a nuevas experiencias y realidades, y a entablar una amistad con ellos que dura hasta el día de hoy.
Tuve la oportunidad de hacer actividades increíbles, como visitar las islas de Gozo y Comino, donde está la Laguna Azul, una de las mejoras zonas de baño del Mediterráneo. Además de hacer viajes a Sicilia durante los fines de semana y disfrutar del Carnaval de Malta, lleno de gente disfrazada, música y fiestas por todo el país.
EF tiene su propio Beach Club, ubicado a una cuadra de la escuela, que nos permitía disfrutar del mar a cualquier hora del día, tomar sol o a hacer alguna de las actividades que coordina el staff de actividades y, de paso, seguir haciendo amigos y practicar el inglés.
Salí de mi zona de confort
Hacer este viaje ayudó a que me descubra fuera de mi zona de confort y a generar cambios, animarme a hacer cosas nuevas y perseguir nuevos desafíos. Viajar me obligó a crecer, porque hizo que me enfrente a situaciones con las que no tenía que lidiar diariamente, con las cuales pude impulsar un crecimiento en mi vida.
Una vez escuché por ahí que la persona que sos cuando viajas, es la que serías si no tuvieras miedos. Viajar con EF me ayudó a superar muchos de ellos y a descubrir una nueva parte de mí, que no pienso dejar atrás.