Santa Bárbara: La guía definitiva
Tomá una porción de paisajes espectaculares de montaña y playa, y combinala con sol durante todo el año y temperaturas muy agradables. Después, espolvoreá toda esa maravilla con el famoso estilo de vida relajado californiano y, voilá, tenés Santa Bárbara…o el nuevo destino favorito en tu lista de lugares para visitar.
Ocupando la franja de tierra plana que separa la costa californiana de las montañas Santa Ynez, la soleada Santa Bárbara sabe cómo impresionar y deleitar: aparte de su clima envidiable y de la posibilidad de hacer surf y senderismo en un mismo día, esta ciudad de estilo español y calles con tejados rojos tiene una interesante historia colonial y una arquitectura pintoresca, y sus alrededores están llenos de zonas vinícolas de renombre mundial. A los lugareños les encanta, y con razón.
Capturá su encanto
Santa Bárbara se puede resumir en dos palabras: realmente preciosa. Si sos un fotógrafo principiante asegurate de que tu cámara reflex esté totalmente cargada y lista para usar. Si solo te interesa Instagram, liberá memoria en tu teléfono antes de salir a explorar y capturar la encantadora belleza de Santa Bárbara: es como si una villa española hubiera sido arrancada de Europa y colocada en el centro de California y una vez ahí descubrió que el clima soleado durante todo el año era de su gusto y decidió llenar lentamente toda la ciudad con su tranquilo estilo de vida mediterráneo. Acá, tejados de arcilla cubren casas de color crema que celebran todas las tonalidades pastel; sólo las palmeras verdes te van a hacer acordar que no estás en Europa. Sacá unas cuantas fotos del atardecer o de la impresionante vista de la costa a medio camino de las montañas, y ya estás listo para etiquetar y compartir. #MomentoEF
Deleitá tu paladar
La mejor manera de marcar la casilla «inmersión cultural» al viajar es hacer lo que hacen los locales: esto significa que cuando hay sol en Santa Bárbara (es decir, todo el tiempo), los lugareños clavan su mirada en el negocio más cercano que venda yogures helados. No lejos de West Beach, McConnell’s Fine Ice Creams and Yogurt y Yogurtland, de tentador nombre, son los preferidos de los residentes y los visitantes.
Más tarde, cuando disfrutes al máximo las increíbles playas, te va a ser más fácil imaginar que haya muchos otros que disfruten el clima californiano, pero ninguno de estos amantes del sol es como los demás: estás en el país del vino, amigo mío, y el mismo sol que broncea suavemente tu piel también irradia vida a los viñedos cercanos, produciendo uvas carnosas y vinos de fama mundial. Hay muchas excursiones para degustar vinos y, sencillamente, sería una grosería no probar un trago, o dos.
Sé parte de la naturaleza
Santa Bárbara es el lugar al que los californianos van para escapar del movimiento y el alboroto de sus hermanas mayores, San Diego, Los Ángeles y San Francisco. En Santa Bárbara no hay apuros y el estilo de vida despreocupado de California se lleva a otro nivel: acá el tiempo va a la deriva en la brisa suave del océano, sin noción alguna de apuro, lo que hace que sea el lugar perfecto para escapar de la multitud. ¿Y qué mejor lugar para pasar buenos momentos con la madre naturaleza que una tabla de surf?
En armonía con su patrimonio californiano, Santa Bárbara mira hacia el océano Pacífico y tiene lugares para hacer surf que satisfarían a cualquier amante del agua: los surfistas experimentados pueden ir al condado del norte en busca de playas azotadas por el viento, con las aguas frías e indomables de Jamala State Beach, si es que quieren olas aún más grandes y rápidas. Si sos principiante, quedate en el condado sur de Santa Bárbara y seguí a los estudiantes de la UCSB al Stu Peak o al Campus Point. Pero no dejes que el mar te distraiga durante demasiado tiempo: las montañas y el bosque nacional Los Padres, que están detrás de la ciudad, están repletos de caminos panorámicos y rutas de senderismo, además de termas naturales escondidas para darse un chapuzón.
Conocé la vida salvaje
Las soleadas playas californianas no son las únicas criaturas de la ciudad: hacé una excursión al parque nacional Islas del Canal, un archipiélago al sur de Santa Bárbara que protege el mayor hábitat de cría de focas y lobos marinos de América del Norte. La mejor opción es visitar Point Bennett, en la Isla San Miguel, ya que tenés (casi) asegurado que vas a ver lobos marinos, focas y elefantes marinos en plena lucha.
Estas no son las únicas actividades marinas: 30 especies de ballenas y delfines se mueven a través del canal de Santa Bárbara durante todo el año para migrar a aguas más tranquilas para alimentar a sus crías. Subí a bordo de un barco para hacer una excursión de avistamiento de ballenas y echá un vistazo a las ballenas grises, azules y las ballenas jorobadas del Pacífico y, si tenés suerte, incluso orcas y ballenas piloto.
Explorá su historia y cultura (Gastonómica)
De la misma manera que San Francisco tiene el puente Golden Gate y San Diego tiene…tacos de pescado, Santa Bárbara tiene también su propio icono, la antigua Misión. Aunque tal vez no sea tan grande o tan rica como sus rivales californianos, la antigua Misión de paredes blancas y bóvedas de arcilla, encabeza la lista de visitas culturales obligadas de Santa Bárbara. Fundada en 1786 por franciscanos españoles, esta iglesia magníficamente conservada está ubicada entre hectáreas de jardines impecables y sigue siendo el hogar de una comunidad de frailes franciscanos.
La arbolada State Street, en el corazón del centro histórico de Santa Bárbara, tiene los mejores locales y restaurantes de la región. Según nuestros libros, un paseo por los negocios cuenta como visita cultural. A la noche, andá al muelle Stearns del puerto de Santa Bárbara: el muelle atendía originalmente a los pasajeros y rutas de navegación comerciales de la costa sur de California, pero ahora está lleno de restaurantes en los que podés comer platos riquísimo mientras disfrutás de unas espectaculares vistas del mar. Acá podés cerrar tu día con una cena tradicional californiana; recomendamos una porción contundente de auténtica comida mexicana.