Un viaje de ida: de Oxford a Honolulu
Todo comienza cuando hace un poco más de dos años atrás, mi primo me contaba que había realizado un intercambio para estudiar ingles en Oxford con EF. El había estado en un campus… Veía sus fotos y decía “wow, que hermoso” pero a la vez, qué lejano se veía todo eso para mi entonces. ¿Viajar sola? ¿A un lugar donde se habla otra lengua que no es la mía? ¿Estar en un campus, algo que uno solo ve en las películas? Estar con gente de todo el mundo, muchas culturas… Empecé a indagar más, y resultaba que muchos conocidos habían viajado con EF. Con lo cual empecé a averiguar, tomé coraje y finalmente me atreví a viajar sola a EF Oxford, hace dos años exactamente. Un invierno crudo que llenaba mi corazón de alegría.
Eran tales las ganas que tenía de volver a viajar que me incorporé en el programa de Ambassadors de EF. Debo admitir que me cambió la vida. Al principio, nuevamente, se veía muy lejana la posibilidad de poder llegar a conseguir tantos puntos para canjearlos por un viaje, pero finalmente lo logré. ¿A donde me fui esta vez? Decidí irme a EF Honolulu en Hawaii, junto con Luana, otra ambassador con quienes juntas nos dábamos motivación para seguir haciendo actividades y ganar puntos para el viaje.
El detalle más importante es que decidí pasar año nuevo lejos de casa. Allá, con gente que recién conocía, en el último lugar al que le llega el año nuevo en el mundo.
Después de varias horas de vuelo y escalas, llegué a EF Honolulu, no aguantaba la emoción de ir a la playa, conocer a mi roommate personalmente (gracias a MyEF, la aplicación, Lu creó un grupo de whatsapp y cuando Kim, mi roommate llegó a Hawaii, se enteró que yo iba a ser su roommie y me lo contó, con lo cual ya establecíamos contacto previo al viaje y nos íbamos conociendo), conocer la escuela, etc.
Recuerdo mi cara de felicidad primer día en Hawaii, mi cara de asombro cuando vi la playa. Nos mirábamos con Lu y nos decíamos con una sonrisa mirando al mar “¿entendes en que parte del mapa estamos?”. Pasamos año nuevo juntas y con unos chicos de Suiza, Austria, Bélgica, La Reunion (una isla cercana a Madagascar), Chile, y así podemos seguir sumando países. Fue único.
Este viaje fue particular, crecí mucho, volví fortalecida. Buscaba sentirme viva, encontré el lugar correcto para eso, aventura y playa, una escuela cuyas “spin classes” son Surf o yoga en la playa, cultura hawaiiana o clases de ukelele, a elección de cada uno. La escuela se encontraba a unos 30 minutos caminando desde la residencia, pero el paisaje es tan bello, que daba gusto caminar esas cuadras a diario.
También el programa de ambassadors nos permitió canjear los puntos por excursiones allá en Hawaii, ¿quien se imaginaría nadar con delfines, tortugas marinas o una ballena en el medio del océano? ¿o hacer un tour en helicóptero por encima de Oahu?. Incluso hacer kayak en una de las playas mas paradisíacas.
Vi el atardecer más hermoso en un “sunset sail”, que quedó guardado en mi retina para siempre.
Lo amistosa que es la gente en Hawaii es una de las cosas que más me llevo, los chicos en la residencia y su onda relajada para socializar y hacerte sentir bien en cada momento, en actividad y en grupo.
Por supuesto que en este viaje me pasó de todo, entre ello, me enfermé. Me sentía muy mal, estaba con una gripe muy fuerte, pero no puedo dejar de agradecerle al equipo de EF Argentina por su preocupación por mi estado de salud y por como actuaron para que todo saliera bien y pudiera seguir disfrutando mi viaje. Por estas cosas digo, que volví fortalecida, contenta, pensando en mi próximo viaje con EF, seguir sumando experiencia para mi vida, un mejor inglés cada viaje (por la escuela y por estar todo el día hablándolo con chicos que estudian conmigo); porque EF no data solo en estudiar, sino en vivir una experiencia completa de estudio, amistades, viaje, cultura y muchas cosas más.
El momento de despedida se aproximaba. El tiempo transcurrió muy rápido, y cada día la pasaba mejor. No me quería ir, pero era hora de despedirnos. Decidí que no iba a ser un adiós, sino un hasta pronto. A mi grupo de amigos del resto del mundo los convencí de convertirse en EF Ambassadors en sus respectivos países: Kim, Anthony, Angela, todos de Suiza, Gwen de Reunion Island (la colonia Francesa) y Gabriel de Chile, son algunos de los chicos que ya son parte del programa. Faltan otros amigos de Austria aún, pero sigo motivándolos. Todo el tiempo hablamos de como van ganando puntos, que queremos volver a viajar, seguir aprendiendo ingles y otras culturas ¿La meta? pasar todos juntos año nuevo en EF Sudáfrica y volver a reencontrarnos para vivir otra nueva experiencia, porque cada viaje tiene su encanto. Mahalo en hawaiiano significa gracias, por eso MAHALO por esta hermosa experiencia y ALOHA, hasta pronto.♥