EF Stories: Natalia de Argentina en la escuela EF de Malta
Aprender inglés en el extranjero era una de esas cosas que parecían imposibles y en las que solía pensar muchas mañanas antes de comenzar mi día, mientras repasaba mis sueños no cumplidos.
Soy Natalia Gatica, de Argentina, nacida en Bragado, Buenos Aires. Tengo 43 años, soy abogada y he estado trabajando desde los 18. En diciembre de 2023, después de 8 años como funcionaria del gobierno municipal en la ciudad donde vivo, sentí una necesidad absoluta de reinventarme.
La verdad es que no estaba segura de qué necesitaba conectar, ¡pero definitivamente sentía que debía actuar! Después de cumplir 40, avanzar no es tan fácil como solía ser. En mi caso, con dos hijos adolescentes, un divorcio reciente y la necesidad urgente de definir mi futuro profesional y laboral, ir a Malta a estudiar inglés parecía nada más que una locura. Había millones de otras opciones más razonables, ¡pero no esa!
Sin embargo, como anticipando una frase que vería dos meses después en la pared de mi fiesta de graduación en Malta, "Las malas decisiones hacen buenas historias", me lancé a la acción. Después de dos llamadas telefónicas, una reunión con la encantadora Jimena del equipo de EF Buenos Aires y con solo un mes de anticipación, hice mi reserva y compré mi boleto de avión. Solo entonces busqué en el mapa dónde estaba Malta —lo confieso, no lo sabía.
Fue la primera vez que viajé completamente sola. A los 28 años, tuve la oportunidad de trabajar durante seis meses en Monmouth, Gales, Reino Unido, lo que me permitió viajar durante tres meses por Europa, visitando más de 50 ciudades y 20 países, ¡pero siempre acompañada de argentinos!
Hace dos días regresé a mi país después de completar mi curso en EF Malta. ¡Es increíble cómo una experiencia de solo dos semanas puede cambiar tu vida para siempre! Si hubiera sabido que sería así, definitivamente me habría quedado más tiempo.
No solo mejoré mi inglés, sino que también tuve la oportunidad de interactuar con personas de todo el mundo. Escuché historias de vida fascinantes, compartí experiencias y opiniones con hombres y mujeres que nunca habría conocido de no ser por EF y, lo mejor de todo, hice nuevos amigos con quienes todavía mantengo contacto, hablando en inglés.
Lograr la habilidad de "ser uno mismo" en otro idioma es una sensación fascinante. Definitivamente hay un mundo en movimiento, sin fronteras, y podemos ser parte de él.
Gracias, EF, por brindarnos esta oportunidad increíble. Quizás no lo sepan, pero mientras enseñan inglés, ¡realmente están cambiando vidas!