EF Stories: Manuela en EF Honolulu
Pasé tres meses en Hawái con EF y tuve uno de los mejores momentos de mi vida hasta ahora. Estaría mintiendo si dijera que la experiencia no me cambió, de manera positiva, por supuesto. Crecí, me volví mucho más autosuficiente e independiente, y pude crear recuerdos maravillosos que nunca olvidaré.
¿Dónde viviste durante tu estancia y cómo lo experimentaste?
Viví en la residencia, que estaba en un edificio de gran altura con muchos apartamentos, todos ocupados por estudiantes. Elegí vivir en una habitación con 4 camas de forma deliberada, porque podía conocer a muchas personas diferentes y sus formas de vida.
Durante mi tiempo allí, viví en el piso 19 con tres estudiantes más de Polonia, Alemania, Suiza, Francia y los Países Bajos. Definitivamente, debes ser muy abierto y estar dispuesto a comprometerte. Compartes el dormitorio y el baño con tres personas más, lo que a veces puede ser un poco abrumador. Aun así, valió la pena la experiencia. La escuela estaba a 10 minutos a pie y la playa a 20 minutos a pie.
¿Cómo viviste tu viaje?
Dado que solo tienes clases medio día, tienes mucho tiempo libre, que puedes pasar como quieras. Me encantaba hacer senderismo, surfear, ir de compras, ir a la playa o comer fuera. Los amaneceres y atardeceres también eran de otro nivel y son muy recomendables. ¡Viviendo en Honolulu, siempre hay algo sucediendo! Ya sea que quieras ir a una fiesta en la playa o de compras, nunca está lejos. De lo contrario, puedes tomar el autobús, que no es comparable con el sistema de autobuses en Europa, pero es una aventura cada vez.
¿Cuál es tu recuerdo favorito de tu viaje?
Mis experiencias favoritas de la estancia fueron bucear con tiburones, experimentar la lava de un volcán activo y la cultura hawaiana en general. La actitud mental y el estilo de vida de los locales son admirables. Seguramente todos podríamos aprender algo de su libro.
¿Qué te llevaste de tu viaje?
Además de las experiencias inolvidables e impresionantes, pude hacer amigos internacionales, pasar horas interminables en las olas y llevar a casa un ukelele y el certificado CAE.