De la Patagonia al mundo
10 de Enero del 2017, lo recuerdo como si hubiera sido ayer. Los nervios me consumían. Comenzaba una nueva etapa que sin saberlo, me iba a cambiar por completo. Mi nombre es Matías, tengo 17 años y vivo en El Bolsón, al sur de la provincia de Rio Negro; es un pueblo chico al punto de que no existen los semáforos, donde todos nos conocemos y la tranquilidad es absoluta. Mi viaje con EF a Bournemouth estaba por empezar, las valijas listas. Solo quedaba viajar hasta Buenos Aires para partir hacia Heathrow. Nunca en mi vida había viajado en avión y mucho menos al extranjero… Todavía me sigo preguntando de donde saque tanto coraje para largarme al mundo como lo hice.
La organización previa al viaje por parte de EF fue excelente. Todos los que íbamos a escuelas de Inglaterra estábamos acomodados en la misma fila de asientos del avión ¡antes de llegar ya había hecho amigos de otras ciudades de Argentina! Al llegar a Londres, no entendíamos para donde teníamos que ir, donde estaban nuestras valijas, como llegar a la salida. Pero la felicidad era tan grande que realmente no nos importaba. Finalmente, ayudándonos entre todos pudimos encontrar al EF Staff que nos iba a llevar a nuestras respectivas ciudades. Mis nuevos amigos iban a Oxford.
Bournemouth se encuentra en la costa sur de Inglaterra. Es considerada una ciudad chica, pero en mi opinión su ambiente es similar al de un pueblo. Eso era lo que más valoraba del lugar. La gente era muy amable: me ha pasado de cruzarme con personas capaces de desviarse de su camino para poder ayudarme a llegar a mi destino. A pesar de que fui en invierno, no pude evitar recorrerme todas las playas tanto de la ciudad como de pueblos cercanos ¡No podía parar de enamorarme de cada paisaje!
La escuela no es de las mas grandes en cuanto a tamaño respecto a EF, pero era súper completa. Tiene instalaciones muy modernas y un ambiente muy amigable. Lo que más me gustó fue la organización que había en la oficina de actividades. Ahí es donde uno tiene la posibilidad de unirse a actividades gratuitas como pagas. Lo que más me interesaba eran los viajes de fin de semana: conocí lugares como Manchester, Liverpool, Cardiff, Jurassic Coast y el que menos me esperaba que iba a ir, Paris junto con EuroDisney.
Decidí hospedarme en la residencia, lo cual tiene muchas ventajas como desventajas. No tenia quien me despierte por si me quedaba dormido, no volvía a la noche cansado con la comida ya lista y las responsabilidades eran mayores. Sin embargo, la experiencia fue fantástica y útil. Me sirvió mucho para organizarme e independizarme aprendiendo cada día algo nuevo.
Podría escribir hojas y hojas sobre la experiencia que tuve, pero lo más importante es que no solo adquirí una mejoría en mis conocimientos académicos, sino que también conocí y aprendí muchas cosas de mí mismo en todo sentido. Me di cuenta del valor que tiene viajar y animarse a vivir cosas nuevas. Este viaje me va a dejar una enseñanza para toda la vida, cosas que no voy a olvidar nunca. A su vez seguí conociéndome más a mi mismo luego de volver de Bournemouth; me di cuenta de lo mucho que me gusta difundir mi experiencia e incentivar a la gente para que pueda realizar algo similar a lo que hice, es por eso que me convertí en EF Ambassador. Esto significó una nueva herramienta para poder contarles a otras personas lo importante que es animarse a algo nuevo a pesar de las dudas que pueden surgir en el camino. Ser Ambassador es una tarea que me divierte y me ayuda día a día a acercarme a mis metas; conociendo gente de todos lugares de mi país y facilitando la llegada de mi próximo destino a descubrir: Nueva York.