Cómo hablar mejor el inglés con 10 sencillos pasos
Aprender cómo hablar mejor el inglés con confianza es increíblemente importante para cualquiera que estudie el idioma. Simplemente no hay nada que reemplace la capacidad de usar los conocimientos lingüísticos para comunicarse en tiempo real y en la vida real, y no hay nada más divertido. Tengas el nivel que tengas, a continuación te explicamos 10 sencillos pasos para hablar mejor inglés:
Imitá
Cuando la mayoría de la gente piensa en aprender inglés, pensá en montones de libros, en memorizar listas y en estudiar con tarjetas. Todos ellos son métodos útiles a su manera, por lo que no deberían obviarse. Sin embargo, muchas personas olvidan, o rechazan, el aspecto activo del aprendizaje de idiomas: explorar, jugar, escuchar y repetir.
Los estudios demuestran que la imitación es uno de los mejores métodos que hay para mejorar los conocimientos lingüísticos. Escuchar a otras personas y repetir lo que dicen y cómo lo dicen —incluso la entonación, la emoción y la elección de palabras— es una de las formas más eficaces y divertidas de avanzar.
Evitá aprender palabra por palabra
¿Te cansaste de memorizar listas de verbos y de sentirte aún sin confianza para hablar? Es hora de cambiar la estrategia. Esta vez, aprendé expresiones completas. A eso se le llama aprendizaje en fragmentos.
Pensá en las nuevas expresiones como en una unidad que no se puede separar. Escuchá y repetí. Por un momento, olvidate de la gramática o del significado de cada palabra hasta que la expresión comience a parecerte natural.
Ten sentido práctico y «copiá y pegá» lo que oigas sin crear obstáculos innecesarios. Por ejemplo, aprendé la expresión «I need water» en su conjunto, en lugar de traducir palabra por palabra y aprender a conjugar el verbo «need» primero.
Poné en práctica de inmediato lo que has aprendido
Si hay algo que le gusta al cerebro, es sentirse útil. A nuestro cerebro no le gusta perder el tiempo con información que no usamos. (¡Quizás por eso sigues olvidando las palabras en inglés que intentaste memorizar ayer!)
Un consejo: aunque no haya nadie contigo, lo primero que debes hacer cuando tengas ante ti una nueva expresión o frase es leerla en voz alta inmediatamente. Repetila varias veces hasta que puedas decirla sin mirar el papel. Si escribís tres frases que contengan esa nueva palabra, aún mejor. ¡Este es el momento en que dejas de memorizar y empezás a usar el inglés!
Actuá
Los actores tienen una misión: estudiar un texto y, después, hacer creer a la gente que el texto es real. Lo hacen mediante la emoción, la exageración, la repetición y la práctica. Entonces, ¿por qué no inspirarte en tus actores favoritos y hacer lo mismo?
Aquí tenés un juego. Cuando no estés con nadie, tomá un trozo de papel y escribí una expresión en inglés, cualquier expresión que quieras aprender. Después, intentá leerla hasta que puedas decirla sin mirar el papel. El siguiente paso es tratar de decir esa expresión con diferentes emociones. ¡No tengas miedo de exagerar! Después de un tiempo, te acostumbrarás al sonido de la expresión sin siquiera tener que pensar en ello.
Escuchá tanto como hablás
Muchos estudiantes de inglés tienen dificultades para hablar por tres razones: se sienten avergonzados por su acento extranjero, no recuerdan las palabras clave cuando las necesitan, y no pueden entender realmente lo que la gente les responde, lo que lleva a situaciones incómodas.
Solución: exponete a tantas canciones, series, documentales, acentos y conversaciones como sea posible. Eso te ayudará a entender cómo suena el inglés en los diferentes países y cómo es hablado por diferentes personas.
Además, al hacerlo, te darás cuenta de que muchos, muchos de los extranjeros que hay por todo el mundo tienen acento y, aun así, los nativos les entienden con facilidad, y pueden comunicarse con eficacia. Así que… ¿por qué no tú? Un acento extranjero no es el fin del mundo, ¡es simplemente la prueba de que has sido lo suficientemente valiente como para aprender algo nuevo!
Escuchate y recibí la retroalimentación de los hablantes nativos
Algunos estudiantes de inglés son tan tímidos y se ponen tan nerviosos que posponen la conversación indefinidamente. Después de meses de estudio, ¡se dan cuenta de que nunca se han escuchado hablar! Es esencial que empeces a practicar las oraciones básicas desde el primer día, en voz alta. Escuchate. Escuchá cómo suena el inglés cuando lo hablás.
Un buen método para empezar es grabarte leyendo textos sencillos. Esto te ayudará de dos maneras. En primer lugar, empezarás a sentirte cómodo con el sonido del inglés que sale de tu boca. En segundo lugar, podrás guardar la grabación para escucharla más adelante ¡y ver lo muchísimo que has avanzado!
Es importante que encuentres a alguien que te aporte retroalimentación sobre tu forma de hablar, idealmente un hablante nativo. Lo más eficaz para ello sería estudiar inglés en un país de habla inglesa, donde recibís retroalimentación continua: en clase, mientras hacés la compra, cuando estás por la ciudad e incluso con tu familia anfitriona. El aprendizaje mediante la inmersión es muy eficaz porque te permite aprender en el día a día, y cuanto más uses tu inglés en un entorno natural con hablantes nativos de todos los ámbitos de la sociedad, más rápido será tu progreso.
Si no tenes esa opción, podes obtener retroalimentación continua de tu profesor, de un tutor o de cualquier otro hablante nativo que conozcas.
Visualizá
El aprendizaje visual es muy eficaz y cada vez más popular. Las investigaciones demuestran que las imágenes asociadas a palabras nos ayudan a memorizar con mucha más eficacia, lo que reduce la dificultad al hablar el idioma.
La próxima vez que quieras memorizar una nueva expresión, usa una de tus fotos o alguna imagen que encuentres en Google Imágenes para representar ese vocablo. Si usás tus propias imágenes en las tarjetas didácticas o en tus apuntes, recordarás mucho mejor esas palabras la próxima vez.
Narrá tu vida
Es más probable que tu cerebro recuerde el nuevo vocabulario si lo aplicás a tu propia vida y hacés que sea lo más personal posible. Por ello, es recomendable que al estudiar una nueva expresión, te preguntes: «¿Cómo la usaría en mi vida personal? ¿En qué situaciones me veo usando esta expresión?».
Te beneficiará en dos aspectos. En primer lugar, sentirás que el aprendizaje te está resultando útil y evitarás el sentimiento de frustración. En segundo lugar, harás que tu vida sea más fácil, porque la próxima vez que tengas que hablar de ti, de tus recuerdos y de tus experiencias, ¡ya lo habrás practicado!
Empezá a cantar
La ciencia ha demostrado que la parte de nuestro cerebro que se activa con la música también se activa al procesar el lenguaje. Los estudiantes de inglés que escuchan música en inglés con regularidad tienden a tener mejores destrezas de pronunciación y a entender a otros hablantes con más facilidad. El inglés les resulta más natural (aquí tenes unos cuantos artistas a los que deberías escuchar para empezar).
Cantar es fantástico para ponerse de buen humor y mejorar el inglés al mismo tiempo. La próxima vez que encuentres una canción que te guste, buscá la letra de la canción en Internet y léela al mismo tiempo que la escuchas. Luego, cantá la canción a la vez. Prestá atención a la forma en que pronuncian las palabras e imita lo que escuchas para que sea lo más parecido posible. Sin darte cuenta, pronto te verás cantando sin necesidad de la letra.
Conocé tus prioridades
Preguntale a cualquiera: «¿Por qué estás estudiando inglés?». Las respuestas serán diferentes, pero la mayoría de la gente dirá: «Porque quiero conseguir un trabajo mejor», «Porque quiero irme a vivir a Londres», «Porque mi pareja habla inglés», o «Porque me encanta el inglés».
Sin embargo, ¿crees que es posible que alguien te responda «Quiero hablar inglés porque quiero ser perfecto»? Lo más probable es que no. Recordá siempre que tu prioridad debe ser lograr una comunicación eficaz, no la perfección. Centrate en transmitir tu mensaje. Y para lograrlo, deberás hablar tan pronto como puedas y tanto como puedas.