4 Consejos para Aprender un Idioma Nuevo más Rápido
Asistir a algunas clases de idiomas no es suficiente para dominar un idioma. Estudiar (y dominar) un idioma extranjero requiere esfuerzo, persistencia y paciencia. Pero, si concentras tus energías de forma inteligente y haces algunos cambios en tus hábitos, podes aprovechar el tiempo de clase para perfeccionar el idioma mucho más rápido.
Estos son nuestros consejos, cuya eficacia está demostrada, para optimizar tu aprendizaje en el aula:
1. USÁ TUS LISTAS DE VOCABULARIO CON CREATIVIDAD
Mientras estás escuchando la clase, puede que pienses que nunca te vas a olvidar de las palabras nuevas que aprendes. Por desgracia, suelen ser tantas que es imposible retenerlas confiando solamente en la memoria. Escribilas. El acto de escribir algo consolida el aprendizaje en nuestra mente y hacer listas de palabras es una manera excelente de practicar. Pero, ¿sabes qué es todavía mejor? ¡Usar esas listas!
Para hacer que tu lista de vocabulario sea útil, intentá crear el hábito de clasificar las palabras nuevas y vincularlas a sus significados; una práctica que da a tu cerebro una razón para procesar cada una de ellas. Para empezar, podes usar alguna de estas técnicas para crear listas ¡o combinarlas todas!
Dividí la página en tres columnas; para la palabra, su categoría (si se trata de un sustantivo, verbo, preposición, etc.), y su definición. Según escuches palabras nuevas, escribilas en la lista. Por ejemplo: «surgeon», «sustantivo», «un médico que opera». Cubrí las columnas cuando lo revises para comprobar tus conocimientos.
Codificá por colores las palabras nuevas según su uso, por ejemplo: categoría, tema (viajes, trabajo, comida) o uso lingüístico (jerga, discurso formal/informal). El uso de colores te va a permitir encontrar las palabras relacionadas con rapidez y te va a ayudar a autoevaluarte.
Memorizalas mejor incluyendo un ejemplo de la palabra en contexto. ¿El profesor la usó en una frase o hizo un dibujo en la pizarra para que la memorices? Si es así, copialo. El uso de la palabra en contexto evitará que desaparezca de tu mente cuando salgas de clase.
2. EVITÁ A LOS AMIGOS QUE HABLAN TU IDIOMA
Aunque te hayas anotado en clases con un amigo o te hayas acercado a alguien de tu país, si queres aprender vas a tener que resistir la tentación de ponerte con ellos en clase. ¿Por qué? Cuando trabajas con una persona que habla tu lengua materna, no te pones a prueba y en una situación difícil vas a tener la tentación de usar tu propio idioma. Por otro lado, ser valiente y conectar con alguien nuevo y diferente –con quien no podes conversar– te obliga a trabajar más duro para entender y ser entendido en tu nuevo idioma. Y, en realidad, ¿no es para eso para lo que estás en clase?
3. HABLÁ, HABLÁ, HABLÁ
No estamos diciendo que tengas que ser ese estudiante, el que interrumpe, habla sin parar, y toma el control de la clase. Eso es no ser generoso con el tiempo de tus compañeros. Sin embargo, si te negas a interactuar, no vas a hacerle ningún favor a tu aprendizaje. Acordate que el profesor está ahí para ayudarte: si tenes preguntas, dudas o consultas, ¡hablá! Articular el problema en voz alta (sobre todo en una lengua extranjera) es una excelente práctica oral en sí misma y por lo general te ayuda a ver la solución antes de que te la den. Cuando aprendemos un nuevo idioma, no mejoramos consumiéndonos en nuestras dudas, sino resolviéndolas. Y, ¿quién sabe? Tal vez alguien más de la clase tenga la misma pregunta y se beneficie también de la respuesta del profesor.
4. SÉ CONSTANTE
Ya se sabe lo que pasa. Te anotas en las clases de chino mandarín, turco, español o francés con el entusiasmo de un nene el primer día de las vacaciones de verano. Las dos primeras clases son geniales, pero después pasan «cosas». El trabajo se hace duro. Los amigos vienen de visita. No escuchas la alarma y te quedas dormido. Y, al final, tu reluciente nuevo objetivo de aprender un nuevo idioma se llena de polvo. Muchos estudiantes empiezan con hambre de aprender y, después de un par de clases, desaparecen de la faz de la tierra. El asunto es que, aunque uno piensa que no va a ser de esos, la mayoría de los estudiantes no llegan al final de los estudios. ¡No dejes que esto te pase! ¿Cómo te podes motivar para ir a clase de forma constante? Intentá esto:
Tratá de acordarte por qué elegiste estudiar. Pegá citas inspiradoras en tu computadora o en un espejo, hablá de tus objetivos con tus familiares y amigos, o imaginate a vos mismo –y lo feliz que vas a estar– una vez que hayas conseguido tu objetivo.
Sumergite en la cultura del idioma que hayas elegido. Comé su comida, mirá películas, leé sobre el país o los países donde se habla, y buscá artículos de noticias relativos a asuntos de actualidad de esos países.
Reservá un vuelo. De esta manera, te comprometes a viajar y vas a necesitar sentirte seguro con el idioma elegido tanto como sea posible.