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7 consejos para superar el choque cultural

7 consejos para superar el choque cultural

Conocer una nueva cultura es uno de los aspectos más gratificantes, y más difíciles, de pasar tiempo en el extranjero. Por muy emocionante que pueda ser un nuevo lugar, puede llevar tiempo sentirse como en casa después de dejar atrás el entorno familiar. Y aunque el choque cultural sea lo peor al principio, como es sabido, es algo que cada viajero experimenta de una forma u otra, ¡incluso los viajeros más experimentados de EF!

Por ello, he hablado con alguno de mis colegas para escuchar sus muchas experiencias relacionadas con el choque cultural y cómo aprendieron a amarlo. Los autobuses en Centroamérica, la cocina asiática, los malentendidos sentimentales en Alemania y los acentos británicos, entre otros, aquí están los aportes más sensatos, ingeniosos y sinceros…

JUAN: DE COLOMBIA AL REINO UNIDO

Yo soy de Colombia, pero me fui a una aldea tradicional británica del norte de Inglaterra. Al principio, adaptarse al clima fue todo un desafío, ¡y también a los acentos regionales! Sin embargo, pronto aprendí frases locales (los norteños dicen ta en lugar de thanks y ta-ra en vez de goodbye) e hice buenos amigos británicos.

Consejo de Juan: acepta las diferencias. Aprendí a apreciar el clima, porque es el responsable de los preciosos paisajes del Distrito de los Picos, vibrante y lleno de color, que me encantaba recorrer. Mirando hacia atrás, fue increíble vivir en un lugar tan poco conocido para los turistas, porque así pude conocer la auténtica cultura británica. ¡Ta-ra!

RUBÉN: DE PORTUGAL A CHINA

Como persona que disfruta probando las delicias locales cuando viaja, tenía muchas ganas de conocer los restaurantes de mi nuevo hogar, la ciudad de Shanghái. El segundo día, me reuní (cargado de valentía) con un par de nuevos amigos y nos fuimos a un restaurante chino tradicional. Ninguno de nosotros hablaba mandarín, y ninguno de los miembros del personal hablaba inglés, era una receta para el desastre.

Por suerte, había fotos de los platos en la pared, así que intentamos pedir la comida apuntando a las fotos, y la camarera hizo todo lo posible para explicar lo que llevaba cada plato, haciendo mímica para describir los ingredientes. Para uno de los platos, movió sus brazos arriba y abajo, y todos pensamos: «Ah, pollo. ¡Vamos a pedir ese!».

Un rato más tarde, la vimos pasar con un par de ranas, nos dio pena de quien fuera a comer eso. Sorpresa, sorpresa – ¡éramos nosotros!

Consejo de Rubén: aprende la jerga local. Nosotros aprendimos esa noche a decir pollo (鸡) y rana (青蛙) en mandarín, y yo recomiendo aprender al menos algunas palabras y frases básicas en el idioma del país que se visita.

FLORENCE: DE ESTADOS UNIDOS A PANAMÁ

A los 17 años de edad, decidí que necesitaba un alejarme de la rutina. Además, quería aprender español. Y por eso, unos meses más tarde, estaba sentada en un avión que iba a Panamá.

En retrospectiva, la expresión «choque cultural» se queda corta para describir este viaje. La vida era muy diferente en la población rural de Penonomé. Solo el ir de un lugar a otro –como, por ejemplo, del centro de la ciudad a los pueblos vecinos– era una aventura. Hay que tener en cuenta que los autobuses eran caprichosos, paraban si querían.

La costumbre era esperar a un lado de la carretera, con la esperanza de que alguno de esos pequeños autobuses, que iban a toda velocidad, frenase en seco. La primera vez que estaba en uno de esos autobuses, noté que mis compañeros de viaje gritaban «¡Pare!» cuando querían que el autobús bajara la velocidad y parara para dejarles salir.

Como un suizo, acostumbrado a horarios detallados y paradas definidas, esto me impactó, ¡pero hizo sin duda que el viaje fuera más emocionante!

Consejo de Florence: hay muchas, muchas maneras de hacer la misma cosa. Esto fue solo una parte del «choque cultural» que hizo que mi experiencia fuera tan esclarecedora, cambió mis perspectivas y amplió mi imaginación. En definitiva, me hizo ser una persona mejor, más sabia y más fuerte.

KASIA: DE POLONIA A PERÚ

El transporte público que conocemos en Europa no existe en Perú, donde viví durante un año. Los taxis suelen ser la única solución, pero hacer que uno pare es solo el primer paso del viaje. Después de eso, empieza el proceso de negociación. Aquí es donde tienes que confirmar si el conductor conoce cómo llegar al destino, está dispuesto a llevarte allí y, más importante aún, con una tarifa determinada.

Después de unas semanas de practicar la negociación en español, me las arreglé para evitar pagar lo que pagan los turistas y bajar el precio a lo que pagan los peruanos.

Consejo de Kasia: actúa como los locales. No solo aprendí a negociar, que es una habilidad muy útil cuando se está viajando, también perfeccioné mi español.

MATIC: DE ESLOVENIA A LA INDIA

En febrero de 2014, volé a Bengaluru, India. Solo el pensar en irme a una ciudad de millones de habitantes me entusiasmaba y asustaba a la vez, pero ahora, casi dos años después, sé que embarcarme en esta aventura ha sido una de las decisiones más gratificantes de mi vida.

La India es un país enorme, así que la diversidad cultural que hay en toda la nación puede dejarte boquiabierto, así como la impresionante variedad de paisajes. Debido a la diversidad de la nación, para mí fue muy importante mantener una amplitud de miras y respetar los distintos tipos de tradiciones y personas que me he encontrado.

Adoptar esta actitud ha sido esencial para aprovechar al máximo esta experiencia y también me ayudó a entender las costumbres tradicionales, como los matrimonios concertados, a los que pueden asistir miles de personas.

Consejo de Matic: tienes que estar dispuesto a salir de tu zona de confort. Antes de irme, mi mayor preocupación era cómo iba a adaptarme a la comida y las especias. Durante los tres primeros meses, ¡comí platos que mis papilas gustativas nunca habían probado! Ahora, cuando vuelvo a Europa, a los dos días ya empiezo a echar de menos la comida india.

LIDIA: DE ESPAÑA A ALEMANIA

La conciencia cultural es esencial si quieres trabajar en el extranjero, viajar o interactuar con personas de otros países. Ser consciente de las normas culturales puede marcar la diferencia entre ser considerado descortés o una persona que respeta otras culturas. También te ayudará a sumergirte plenamente en la nueva cultura y a disfrutar de la experiencia al máximo.

He tenido la suerte de vivir en varios países y me ha sorprendido ver cómo la distancia interpersonal y la forma de saludar varían de país a país. Unos amigos alemanes se sonrojaron cuando les di un par de besos, sorprendidos por mi estilo extrovertido.

Mientras que en España, dar apretones de manos se considera muy formal, sobre todo si eres una chica. La distancia interpersonal, ya sea demasiado cerca o demasiado lejos, también puede dar lugar a malentendidos. Recuerdo una vez en la que estaba hablando con un compañero de clase en Alemania y la mayoría de la gente de la clase pensó que estábamos saliendo, ¡solo porque estaba muy cerca de él!

Consejo de Lidia: aprende a leer el lenguaje corporal de las personas. Empecé a prestar atención a lo que hacían mis amigos locales. Durante los primeros segundos de conocer a alguien, sonreía, contaba hasta tres y esperaba su reacción o simplemente me guiaba por mi intuición.

ISABELLE: DE SUIZA A LOS EE. UU.

No voy a mentir, viví un gran choque cultural cuando me fui al oeste central de los Estados Unidos. Estaba sorprendida por el tamaño de todo, desde el de los coches hasta el de las raciones de comida y el de los centros comerciales. Tampoco estaba preparada para vivir en un entorno tan religioso y con tanto amor por las armas, algo que siempre pensé que era propio de la gente intolerante.

Consejo de Isabelle: deja de cuestionarlo todo. Al principio, cuestionaba todo lo que hacían, pero al final conocí a gente encantadora y aprendí a nadar con la corriente. Que yo no esté de acuerdo con alguien no significa que su punto de vista esté automáticamente equivocado y no tenga ningún valor. Escuchar otras opiniones, a menudo muy diferentes, me ayudó a ser más diplomática y analítica. Y aprendí que nunca se debe hablar de política en un campo de tiro. #valiosalección

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